viernes, 13 de mayo de 2016

LA BRUJA, el mal y sus diferentes formas...

Dir: Robert Eggers (2015)



Dale al play y disfruta leyendo:

         Año 1630. Nueva Inglaterra. La familia de Thomasin comienza a ser victima de lo que parecen ser prácticas de brujeria, magia negra y posesión.



           Tiene La Bruja todos los ingredientes para ser carne de debate en las próximas semanas debido a su concepción y estilo. Muchos dirán que es otro bluff, que no da miedo, que es aburrida, vamos, otra muestra de que la maquinaria publicista te puede vender cualquier cosa como exquisito manjar.  Yo voy a estar en el bando de los del si. De los que se han dejado llevar por la apuesta y por las ideas que La Bruja viene a aportar.  Una película que juega con tus ideales y concepciones, con lo que está bien y lo que está mal y que luego te las tira por tierra acompañado de bofetón. No esperes ver, por lo tanto, la típica película de terror.


             El punto fuerte de La Bruja es su construcción de terror miedo psicológico, muchas veces jugando con lo que no se ve pero se intuye. El otro gran acierto de la película es que cada uno de los personajes que pululan por esta granja dan miedo. Bastante diría yo. Todos con sus grises y claro-oscuros, con sus juegos y sus creencias. ¡Ay las creencias! La película te muestra lo fácil que el fanatismo religioso puede trastocar cualquier tipo de situación. Solo se necesita un poco de aislamiento social y los ingredientes necesarios y ya puedes echarte a temblar.


           Si de personajes e interpretes fuera la cosa no podríamos más que reconocer que todos los aquí presentes lo hacen estupendamente. Hay un gran trabajo actoral detrás y una sólida construcción de caracteres. Desde los padres interpretados por Ralph Ineson  -menudo bozarrón- y Kate Dickie, a los niños Harvey Scrimshaw (Caleb) y Anya Taylor-Joy (Thomasin) pasando por los gemelos Ellie Grainger y Lucas Dawson y el mal rollo que dan, todos cumplen sobremanera y contribuyen a que el mal cuerpo haga acto de presencia.


            Si a todo esto le sumamos más de una imágen altamente perturbadora y una desosegante banda sonora compuesta por Mark Korven -que desde aquí os invito a escuchar- y que por si sola ya da miedito y canguelo en generosas dosis contribuyendo con su aporte a aumentar esa atmósfera enrarecida y ocre con la que viene envuelta La Bruja, ya tenemos película de la que hablar y que invita a varios visionados.

Ahora os toca a vosotros...

La Nota de la Noche:










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