viernes, 15 de enero de 2016

LA CHICA DANESA, metamorfosis en imágenes.

Dir: Tom Hooper (2015)


Tras El discurso del Rey y Los Miserables, La Chica Danesa es la siguiente película de Tom Hooper, un director que no se prodiga en florituras ni malabarismos visuales sino más bien en una forma de hacer cine clásico con profusión en los primeros planos y empeño en elevar las actuaciones de sus actores.



             Es esta película una recreación ficticia sobre la vida de Lili Elbe, nacida como Einar Wegener, y su mujer Gerda Wegener en el Copenhague de los años 20, y de como la primera fue descubriendo poco a poco que era una mujer encerrada en el cuerpo de un hombre. La película retrata este descubrimiento, la complicidad de su propia mujer, la falta de ayuda por parte de la comunidad médica y la constante sombra de ser señalada como enferma mental o depravada.


           Todos reman en la misma dirección con La Chica Danesa. Hooper nuevamente pone la cámara y deja que sus actores puedan dar vida a sus personajes. Al igual que la música de Alexandre Desplat es delicada y elegante, Hooper se amolda con suavidad a la situación, desaparece de escena y deja que Eddie Redmayne y Alicia Vikander hagan magia con sus actuaciones.


             Es curioso el balance y aquilibrio de La Chica Danesa. Cinco son los actores que veremos aparecer en escena durante su visionado, tres secundarios, bajo los rostros de Sebastian Koch, Matthias Schoenaerts y Amber Heard, y nuestros dos protagonistas principales, que se llevan toda la gloria gracias a sus creaciones. Dentro de este equilibrio comprobaremos como poco a poco las tornas van cambiando de dirección. En un primer momento solo vamos a tener ojos para Alicia Vikander que, simplemente está maravillosa componiendo su personaje de Gerda Wegener. Con carácter, fuerza interior, genio y candidez, nos gana como espectadores e incluso se atreve a salir completamente desnuda para dar más pasión a su papel.


             ¿Y donde está Eddie Redmayne durante este tiempo? Fácil y sencillo. Se encuentra recluido en el interior de ese apocado personaje que es Einar Wegener. Tímido, cohibido... No luce ni destaca y deja que la batuta la lleve su colega Vikander. Pero al igual que Einar encuentra su camino hacia Lili, Eddie va rompiendo su capullo. Poco a poco. Con torpeza al principio para ir ganando soltura hasta, llegado el momento, brillar completamente cual mariposa renacida pero frágil. Se adueña de la función. Desaparece Eddie y desaparece Einar. Solo queda Lili y con ella un gran papel, psicológico y físico. Una transformación completa y apabullante.


              Con todo esto nos hemos pasado las dos horas de película ensimismados en una grata película muy bien ambientada que, gracias a sus dos actores, acaba siendo una más que grata sorpresa y un muy buen film dramático.
Tengo la sensación de que va a ser una de esas películas que ofrezca una amplia disparidad de opiniones

La Nota de La Noche










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