Dir: Ridley Scott (2017)
Año 2104. Diez años después de los hechos narrados en Prometheus la nave de colonización Covenant con unas 2000 almas a bordo descubre por accidente un mundo que parece ser el lugar ideal para comenzar una nueva vida fuera de la Tierra...
Escribo estas palabras mientras escucho la Banda Sonora de la propia Alien Covenant en busca de la inspiración que indique el camino a mis dedos sobre qué escribir acerca de la película que tenemos delante. Una inspiración que, todo hay que decirlo, parece no haber acudido al encuentro de Scott y sus guionistas así como del propio autor de la banda sonora, un Jed Kurzel que fagocita las notas del maestro Goldsmith en lo que viene a ser lo mejor de una banda sonora funcional y discreta, lo que tampoco viene a decir nada bueno sobre el autor.
Pero por lo que acabo de escribir parece que todo presagia el escribir sobre un desastre mayúsculo y esa no es la sensación que deseo transmitir. Peliculón no lo es ni de lejos pero por lo menos es una película bastante amena. Para entendernos, las sensaciones encontradas que deja Covenant vienen a recordarme las que nos dejó en su momento Alien 3 al salir del cine.
Las cosas como son, donde Scott dijo digo ahora dice Diego e intenta hacer de Michael Bay avisando de que ha aprendido de los errores del pasado y tal y tal... pero al igual que Bay, Ridley nos vuelve a engañar ( en esta ocasión por lo menos ) al volver a la senda marcada por la anterior Prometheus, entrega de la cual soy fiel defensor ya que en ese momento bien nos avisó Ridley de que se trataba de una película ambientada en el universo Alien pero que no tenía mucho que ver con aquella. Y cierto fue.
Pero parece que la mayoría no se dieron por enterados y exigieron la aparición de nuestro xenomorfo preferido en pantalla. Así que cambio de planes ( entre comillas ) y nos encontramos 5 años después de Prometheus con
¿Cómo es Alien Covenant? Tranquilamente puedo decir que un remix entre Alien, Aliens, Alien 3, Resurrection y Prometheus. Con tres partes claramente diferenciadas tenemos un primer acto de escasa presentación de personajes ( ya lo hicieron en un corto previo, cosa que no me mola nada ) por lo que la tónica general será la de tener cero empatía por la gran mayoría de ellos, más aún cuando Katherine Waterston resulta ser uno de los personajes principales y entre el guión y un poco favorecedor corte de pelo no funciona para soportar el peso de la película. Es en este acto donde veremos varios guiños constantes a las dos primeras entregas de la saga y, pese a comenzar de manera un tanto errática y confusa, contiene los momentos de puro misterio y tensión ( no terror ) que tanto nos gustaron en las citadas dos primeras entregas.
Pero llega a continuación un segundo acto que casi parece un corta y rasga en la que todo da un giro en la que los modelos a seguir parecen ser las siguientes tres secuelas de la saga. Incluso parece que la película de repente se impregna de la fotografía en ocres de Alien 3. A pesar de tener algunas secuencias realmente ejemplares, en cuanto al reto técnico que suponen, este acto se resiente por el camino que toma y cómo lo toma. Para empezar entre los dos actos parece haber una elipsis demasiado rápida, luego se entretiene demasiado en todo lo que tiene que ver con Fassbender y deja, no en secundarios, sino en simples extras de fondo al resto de personajes.
En este momento es cuando Scott parece querer olvidarse completamente de lo que había planteado en Prometheus e intenta que pasemos mirando hacia delante sin mirar a nuestro alrededor. Los personajes no son consecuentes con lo que deben de estar asimilando y no plantean las dudas que todos queremos resolver. No. En este tramo parece solo interesar el mostrar un mero espectáculo de slasher espacial en el que los personajes nuevamente sufren el estar en las manos de unos guionistas de lo más mediocres a la hora de ir anunciando muertes. Ya en Prometheus hubo crítica al respecto pero en esta no es que los personajes sean estúpidos, sino que simplemente parecen estar abstraídos de la grave situación en la que se encuentran y es que la localización de los acontecimientos podría haber dado para mucho más.
Además en este segmento, y no quiero decir demasiado pero los que la hayáis visto me entenderéis, vuelve la película a mostrar algo que no gustó en su momento en Alien 3 y que, a día de hoy, es uno de sus puntos más discutidos. Razón por la cual digo que es el acto menos agradecido al respecto.
Y llega finalmente ese tercer acto que debe salvar toda película y redimirla de la quema. Pues bien, salvarla no la salva pero si la deja fuera de las ascuas. Nuevamente los mimbres de Alien y Aliens hacen presencia en pantalla y todo vuelve a repetirse. Repetirse tal y como hemos visto en estas entregas y repetir algo que casi acabamos de ver en el segundo acto. Y es que el desenlace de la película es altamente mecánico y discurre con un tempo que parecía indicar que el director tenía ya prisa en la sala de montaje y quería quitarse de encima la película pues todo está demasiado organizado ya que parece casi un resumen de Alien en 15 minutos. O es eso o simplemente el final del segundo acto no funcionaba como final de la película...
Si estás leyendo esto debes de estar llevándote la impresión de que la película es bazofia de la mala pero no es para nada así. Simplemente algunos somos demasiado exigentes con ciertas sagas con las que hemos crecido. Cuando muchos os quejabais de que Scott no daba respuestas en Prometheus sino preguntas yo aplaudía a rabiar. Parte de la magia que ha mantenido la saga en el candelero es ese halo de misterio que siempre ha desprendido y que sigue desprendiendo. Las explicaciones que nos den siempre quedarán por debajo de las expectativas que nos hemos creado. Y eso, ni más ni menos, es lo que está ocurriendo ahora con la saga: Que nos está dando unas explicaciones que no nos gustan y que no se parecen a lo que habíamos imaginado. Cierto es que cuando maduras el argumento se te llegan a ocurrir una ideas loquísimas que pueden llegar a dar un giro radical a como hemos visto siempre el universo Alien y su relación con la compañía Weyland/Yutani, pero eso no es más que una de mis teorías...
Lo que si es cierto es que la parte peor cuidada de esta entrega es la del elenco. No por ser malos actores sino por no darles el peso necesario para que la película consiga engancharnos debidamente. Lo de Fassbender es de otra galaxia pero justamente el tener un tratamiento tan predominante hace que el resto quede muy por debajo. Desde luego no será este el caso de unos personajes que queden en el subconsciente colectivo y que sean recordados por sus nombres pues tristemente se convierten en suerte de masillas, de extras que pasan por ahí y que deben de fenecer de mala manera, bueno, de mala manera o de manera absurda, que de esas vuelve a haber. Apunte aparte para Danny McBride, del cual tenía bastante miedo y que resulta ser lo mejor de la película.
Por otro lado, alguien llegó a decir que esta entrega sería más gore que las anteriores pero dos salpicaduras de sangre no son suficientes para ello y momentos de Prometheus me parecieron mucho más fuertes.
En definitiva, nueva entrega, inferior en mi opinión a Prometheus y que hace avanzar la trama en una dirección que parece no ser consecuente con lo presentado en la entrega previa. Tiene buenos momentos y momentos no tan conseguidos siendo lo peor el no haber sabido aprovechar más al elenco, del cual Fassbender se erige como nuevo punto de mira de la saga, de hecho el/los xenomorfo/s ha/n dejado de dar miedo, de aterrorizar ya que se sobre exponen en pantalla siendo ahora el propio Fassbender el que mayor poder para atemorizar tiene.
Ahora solo queda ver como remata Ridley Scott esta entrada de los dioses en el Valhalla...
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