sábado, 12 de agosto de 2017

DUNKERQUE, la hora más oscura de Nolan.

Dir: Christopher Nolan (2017)


      La evacuación en 1940 de 400.000 soldados ingleses rodeados por las tropas alemanas en las playas de Dunkerque bajo la mirada de Christopher Nolan.




          Si el desembarco de Normandia ha sido retratado ya varias veces en el cine como uno de los mayores acontecimientos de la II Guerra Mundial no ha ocurrido lo mismo con otro suceso que tuvo las playas de Francia nuevamente como escenario: la retirada de las tropas inglesas, casi diríamos rescate, de las playas de Dunkerque. Un suceso que no era plato de buen gusto pues suponía reconocer la estrepitosa derrota de un ejército que no había avanzado con los tiempos y cuyo mando seguía en manos de miembros de la alta cúpula de la sociedad inglesa que poca idea tenían sobre como librar una batalla.  


        No era este suceso como ya he dicho combustible para ese cine pro-victorioso que tanto se estilaba en las décadas que van de los 50 a los 70 pero, aunque haya tardado lo suyo, Christopher Nolan ( no hablaré de su trayectoria para no resultar cansino ) parece que si ha sabido ver el potencial dramático de un suceso que, hábilmente en su momento, el gobierno supo vender como una gran victoria alabando la fuerza de voluntad y el sentido del patriotismo del pueblo inglés.


        Dunkerque es un drama bélico, pero simplemente porque se desarrolla en dicho ambiente. No parece el director especialmente orientado a mostrar la batalla, la guerra, el conflicto. No vamos a ver nunca al enemigo en persona. Un enemigo que siempre está al acecho y que cada vez está más cerca. Un enemigo que consigue seguir dando cuenta de los miembros de este ejército inglés. En definitiva, Nolan nos pone al mismo nivel que un soldado más, sin casi información y buscando una salida para,  simplemente, volver a casa lo antes posible.   


        Dunkerque es un ejercicio de estilo desde los primeros fotogramas. A partir de ese momento asistimos a una función en la que el director vuelve a sacudirnos con su particular manera de crear cine y conjugando varios escenarios, El Dique, El Mar y El Aire, para crear su obra y jugar con ella nuevamente a base de repetir escenas desde distintos puntos de vista o narrar algo simplemente que ha ocurrido con anterioridad a la secuencia mostrada. Argucias estas que harán que tengamos que estar más pendientes de lo que vemos. Entre estos tres escenarios el del Mar queda como el más humano y moralista mientras que el del Aire es una maravilla en lo que a escenas de aviación supone, quedando el del dique casualmente como el más frío.


         Dunkerque es una película en la que Nolan casi no hace uso de los diálogos y, en su lugar, se alía firmemente con su compositor de cabecera, un Hans Zimmer que le ha compuesto un Score que en su audición aislada puede resultar un tanto ambiental pero que cobra una fuerza tremenda unida a las imágenes de la película. Juntos, Nolan y Zimmer consiguen ir creando una sensación de ansiedad y miedo en el espectador con una constante certeza de que estamos asistiendo a un climax constante, una carrera contra el tiempo y es curioso como los planos casi plácidos de Nolan cambian totalmente con la cronométrica música de Zimmer lo que hace que la película, a la par que muy ajustada en su duración, se nos acabe quedando hasta corta por el ritmo endiablado que le imprimen los dos autores.


         Nolan lleva a cabo en Dunkerque lo que casi es una dramatización documental de los hechos. Le sobran los grandes nombres de actores y, aunque haga uso de Kenneth Brannagh, Cillian Murphy, Mark Rylance y de Tom Hardy, el resto son bastante anónimos, y no lo digo solo por no conocerlos sino que de la mayoría no llegamos a saber ni su nombre en el film. Es este quizás el punto más negativo de esta película, ya que falla en el punto humano y se queda bastante aséptica al no conseguir crear la empatía suficiente con los personajes, lo que va en detrimento de conseguir el dramatismo necesario en las imágenes. Digo personajes por no decir "elementos" de la función, pues es lo que necesita simplemente Nolan para contar lo que quiere, y eso es, sencillamente, que asistamos casi como uno más a los graves acontecimientos aquí narrados, al acoso, a la desesperación, a la necesidad de escapar, al cumplir con su cometido... y de como, en la hora más oscura, cuando ellos no podían llegar al hogar, el hogar vino a por ellos...

La Nota de La Noche:









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