Dir: Ron Howard (2016)
Al profesor Langdon le han hecho pupita mientras andaba investigando en Italia y ahora tiene amnesia parcial. Para colmo parece que le siguen teniendo tirria porque le quieren dar matarile mientras trata de averiguar quién y por qué a la par que trata de evitar un atentado vírico.
Con Inferno Ron Howard consigue entregarnos un sufrimiento de película que se hace cuesta arriba desde el primer minuto gracias a un montaje extraño que abusa de pantalla borrosa y extraños flashbacks que tardan en desaparecer. Lo que no desaparece es la sensación de estar asistiendo a un espectáculo desinflado que no tiene la chicha suficiente para mantener nuestra atención en la pantalla.
Lo del argumento de esta película es de traca y se le ven las costuras desde lejos. Vale que Dan Brown abusa una y otra vez del mismo esquema para todas sus novelas, incluyendo giros y engaños pero aquí todo ello viene en formato light con un McGuffin que es una tomadura de pelo.
Para colmo ni siquiera esta vez la música de Hans Zimmer es capaz de levantar a este muerto ya que nos ofrece una BSO horrorosa, cargada de sintetizadores y atonalidades en plan moderno y solo nos deja oír el característico tema de la saga hacía su parte final.
Lo de los giros y engaños esta vez es simplemente cuestión de quedarse esperando a que aparezcan pero cuando lo hacen ya estamos de vueltas de todo. Se le nota a Inferno la tijera en el montaje para aligerar el embrollo pero por el camino se olvidan de dar algo de coherencia a una trama que parece sacada de una de las entregas de Blake Edwards sobre la Pantera Rosa.
Con todo ello Inferno aún se deja ver, pero es una versión claramente descafeinada y sin el empaque trascendental de las dos anteriores con personajes que se desinflan a pasos agigantados.
La Nota de La Noche:
No hay comentarios:
Publicar un comentario