Dir: Saul Dibb (2014)
A Saul Dibb, director de "La Duquesa", le ha vuelto a quedar una película la mar de resuelta con esta Suite Francesa, co-producción entre Reino Unido y Francia. Se ve que es un director al que le gusta el detalle y sobretodo transitar por la senda de los films históricos o de época con exquisito gusto.
Suite Francesa ya de por sí cuenta con una base trágica, pues es una puesta en escena de la novela del mismo nombre escrita por Irène Némirovsky y que se editó en 2004. El problema es que Irène falleció en un campo de concentración alemán, Auschwitz para más señas en 1942 y este último libreto fue encontrado por un familiar 70 años más tarde.
La película es un drama romántico ambientado en los primeros días de la Segunda Guerra Mundial, recién perdida la guerra por Francia y trata sobre Lucile Angellier (Michelle Williams), una chica de provincia que vive con su suegra (Kristin Scott Thomas), una estricta mujer bien posicionada, mientras esperan el regreso de su esposo del frente. Debido a los últimos acontecimientos de la guerra al pequeño pueblo empiezan a llegar cientos de refugiados parisinos y tras ellos un regimiento de la Wehrmacht. En suerte a ambas mujeres les tocará alojar a un oficial alemán con el que, pese a la situación, Lucile acabará desarrollando un estrecho lazo de amor.
No hay nada que me atraiga más que una película ambientada en este conflictivo periodo de la historia de la humanidad. Un periodo que sacó lo mejor y lo peor del ser humano. En Suite Francesa podremos asistir a las múltiples caras de esta contienda, la buena y la mala, y no solo representada por los alemanes sino por los propios franceses y como aprovechaban para acusar a cualquiera con el que tuvieran desavenencias. Otro de los temas que se tratan es el de las llamadas "colaboracionistas", es decir, el de mujeres francesas que tuvieron tratos carnales con alemanes, unas por amor y otras por necesidad para sobrevivir y como, nuevamente (aunque no aparezca en la película), al terminar la contienda fueron victimas de las envidias y el rencor de sus conciudadanos.
En el apartado técnico la película está más que sobrada: fotografía, vestuario, ambientación, maquillaje...todo luce estupendamente y Dibb es un director elegante. La música, aún siendo de Rael Jones, cuenta con un tema central de piano compuesto por Alexandre Desplat de carácter preciosista, como viene siendo habitual en el compositor.
En cuanto al elenco de actores podremos disfrutar de actuaciones de Lambert Wilson, Sam Riley, Ruth Wilson, una casi irreconocible y morena Margot Robbie, Matthias Schoenaerts, una comedida Michelle Williams, a la que no le tengo mucha simpatía pero que reconozco que está perfecta en su papel y finalmente a una Kristin Scott Thomas que, dios mio, que miedo da. Claramente lo dicen en la película: La suegra da más miedo que todo el ejército alemán y, para muestra solo hay que ver su primera aparición en pantalla. Madre mía, parece la pareja perfecta del Drácula de Gary Oldman. Terrorifica, aunque su papel acabe desvirtuándose un tanto hacia el final de la película.
La única pega que le he visto al guión es que insiste en achacar actitudes claramente fanáticas a un oficial de la Wehrmacht, cuando los verdaderos fanáticos solían ser los soldados de las SS pero exceptuando esta pequeña concesión para construir un villano en pantalla, el resto de la película me ha parecido perfectamente disfrutable y, aún teniendo un romance en el aire, no cae en ningún momento en la ñoñeria sino que sigue construyendo un mosaico coral mucho más amplio y rico.
La Nota de La Noche
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