Dir: Matthew Robbins (1989)
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Nuestros Maravillosos Aliados es una extraña película familiar ochentera de la casa Amblin y con el sello "Steven Spielberg presents" por delante. La película nos sitúa en un barrio neoyorkino que ha sido totalmente derruido a excepción de un solo edificio para construir un gran centro de negocios en su lugar. Concretamente seguiremos las dificultades que los últimos cinco vecinos de dicho edificio sufren oponiéndose a la constructora y a los matones de turno por no querer vender su propiedad. En el momento de más necesidad estos vecinos conocerán a unos nuevos inquilinos que alterarán su vida de manera inimaginable.
Nunca estuvo Nuestros Maravillosos Aliados entre mis preferidas de la casa Amblin pues, y sigo manteniendo mi posición tras el reciente visionado, es una película que parece deambular por territorio de nadie sin saber exactamente que tono tomar. Para empezar tiene un ritmo demasiado pausado, incluso para la época y tarda un poco en arrancar. Luego tenemos un trama demasiado infantil, es decir, los malos son muy malos y esquemáticos y representan la avaricia y los personajes principales son muy buenos.
A la película le falta una ración extra de humor lo que la acerca demasiado al melodrama lacrimógeno, cosa que tampoco consigue. Esta trama un tanto oscurilla y deprimente choca con el momento luminoso de la aparición de nuestros amigos mecánicos. Otro problema es que excepto la pareja formada por Hume Cronyn y Jessica Tandy, los otros tres vecinos ( Frank McRae, Elizabeth Peña y Dennis Boutskiaris) bien poco vienen a aportar a la trama y le falta el niño de turno para dar ese toque inocente que tan dificil se nos hace aceptar de los adultos. Mención especial para el esbirro de turno, un Michael Carmine que transita entre el bien y el mal a placer del guión pero que da los momentos más interesantes de la película y que quizás deberían haber desarrollado mejor. Para que me entendáis; la película tiene un tono que la acerca peligrosamente al fragmento que Spielberg filmó para "Más allá de los limites de la realidad", de hecho, yo diría que la película es básicamente un episodio descartado de "Cuentos Asombrosos" pues su final, pese a ser de lo más feliz del mundo mundial, obliga a desenchufar las neuronas que estemos usando mientras lo vemos.
El proyecto es ligeramente similar a unas películas que habían tenido relativo éxito en años anteriores como fueron Coccoon y Cocoon: el Regreso, de las cuales incluso toman prestados a un par de actores (Hume Cronyn y Jessica Tandy). En este visionado además me he percatado de lo descarada que es la iluminación de la película con una fotografía muy clara y teatral que resalta todavía más el hecho de estar en un estudio y un momento memorable para el Mate painting como es la escena de la Azotea...canta horrores.
La película está dirigida por Matthew Robbins que últimamente nos ha dado el guión de La Cumbre Escarlata además de No temas a la oscuridad y Mimic. El guíón de la pelicula es de Mick Garris, director de varias teleseries basadas en obras de Stephen King. También anda metido por aqui Brad Bird y poniendo música a todo el asunto tenemos a James Horner que ofrecía una correcta Banda Sonora con influencias de big band y que en algún momento parece querer volver a "En busca del Valle encantado". Algunos efectos funcionan todavía bastante bien pero los stop motion no pasan la prueba.
Parece que esta vez ha tocado darle algo de estopa a una película ochentera. A esta no le guardo especial cariño pero sigue siendo una fábula simpática para pasar una sobremesa.
La Nota de La Noche.
Recuerdo haberla visto en tele5 en los albores de los tiempos, o sea cuando era un crío, y entonces me gustó, pero creo que es de esas pelis que es mejor dejarlas en el recuerdo y no recuperarlas cuando uno crece para evitar desengaños.
ResponderEliminarLa vi hace bastante tiempo una vez que la echaron por la tele, pero la verdad es que ya ni me acuerdo. Tendré que darle de nuevo un repaso para ver que tal, aunque no me ha convencido demasiado jaja
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