Dir: Travis Knight (2016)
Acompaña a Kubo en la búsqueda de unos artilugios mágicos que le permitirán hacer frente a una "peculiar y divina" familia que tiene para él unos planes nada reconfortantes.
A la productora Laika va siendo hora de que le vayamos dando las gracias desde lo más profundo de nuestro ser por ser en estos momentos casi la única comprometida con sacar a la palestra magníficos productos de Stop Motion que son toda una declaración de amor para este tipo de arte tan deficitario hoy en día en comparación con la animación digital o la simple animación. Durante estos años no han hecho más que demostrar que querer es poder entregándonos productos tan peculiares como "Los Mundos de Coraline"(2009), "El alucinante mundo de Norman"(2012), "Los Boxtrolls"(2014) y, finalmente, esta "Kubo y las dos cuerdas mágicas" en 2016. Películas todas ellas que van a contracorriente de lo puramente comercial y que se rigen por una autonomía que se rige solo por el propio gusto de los creadores y sin tener que andar confeccionando productos hechos a la medida del público mayoritario.
Curioso es que siendo pues un producto pensado para un público más "exquisito" la empresa siga sacando a flote productos que dudo mucho que hayan sido éxitos masivos de público, que no de crítica, pues exceptuando Coraline, la cual ya contaba con una base solida a la que iba dirigida, es decir, los fans de Neil Gaiman, las otras dos han pasado discretamente por nuestras pantallas y solo les queda recibir el cariño con el que nosotros, los que amamos estas películas extrañas y perturbadoras, las agasajamos en la intimidad de nuestros hogares.
Kubo y Las dos cuerdas Mágicas es una muestra de que Laika no ha hecho sino mejorar y mejorar una técnica que a estas alturas raya casi lo sublime y lo demuestran desde esa primera y espectacular escena en medio del mar. Increíble la fotografía, la planificación y el desarrollo de los escenarios por los que transcurre esta aventura que transcurre en un Japón mágico y ancestral al ritmo de la portentosa música de Dario Marianelli. Una historia preciosa que coge algo tan propio de la cultura japonesa como es el Origami y lo hace suyo para enriquecer una película que es deliciosamente delicada y nostálgica pero que no pierde el norte de a quién va dirigida y queda perlada de inteligentes muestras de humor contenido sin andar perdiendo el tiempo en moralinas.
Ni que decir tiene que los personajes que aquí aparecen tienen vida propia y que todos y cada uno de ellos se van a acabar ganando el corazón del espectador, ya sea Kubo, Escarabajo o Mona y sin tener que mirar por edades. Eso si, hay ciertas escenas que pueden ser algo perturbadoras para mentes muy infantiles y que incluyen la aparición de Las Hermanas ( muy Coraline ), así como que parte de la historia tiene un componente trágico bastante marcado por lo que es aconsejable no llevar a los muy peques a verla. En la Versión Original además la historia cuenta con la participación de Charlize Theron, Art Parkinson, Matthew McConaughey, Ralph Fiennes, George Takei y Rooney Mara.
En definitiva, un nuevo regalo en forma de animación Stop Motion y una película bellísima y completa con la que disfrutar una buena sesión de cine del bueno.
La Nota de La Noche
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