sábado, 22 de octubre de 2016

LA HABITACIÓN, las barreras de la vida.

Dir: Lenny Abrahamson (2015)



            El pequeño Jack solo conoce el mundo que existe dentro de la habitación...



           Haciendo un símil que se podría extrapolar perfectamente a la propia Habitación, de las cosas pequeñas siempre surgen las grandes sorpresas y sorpresa de las grandes es, amigos (y eso que ya me habían llegado ecos ).


          Hace un tiempo el boca a boca empezó a retumbar acerca de La habitación y lo mucho que gustaba pero sinceramente, la fui dejando pasar aunque sabiamente a su vez, tampoco quise indagar mucho o, mejor dicho, casi nada sobre ella, por lo que cuando por fin he tenido la oportunidad de verla he de reconocer que no tenía ni idea de  la propia sipnosis de la misma.


          Así que, cual chaval de 5 años, me dispuse a dejarme engatusar por Tele y, debo decirlo bien claro: sorpresita de las grandes y para bien. Mientras escribo estas palabras no se que puedo comentar para no estropear la que espero, sea a su vez una sorpresa para vosotros. La habitación es un drama precioso. Vamos a decirlo así. Una experiencia enriquecedora que surge de lo más oscuro del ser humano. Un drama que nos habla de las distintas fronteras y cárceles físicas y mentales, de la manipulación de los medios de comunicación, de la falta de comprensión, del amor materno, de una infancia encapsulada, de la inocencia, del temor a fracasar, del anhelo de huir, de como en determinadas situaciones las personas podemos perder de vista esa fina frontera entre lo que está bien y lo que no lo está, de los nuevos comienzos y de saber decir adiós....


        Dirigida de una manera elegante y sobria, salpicada con una sensibilidad especial, altamente enternecedora, conmovedora, con halos poéticos por doquier, no se hace pesada en ningún momento y es de las pocas películas que han conseguido que me metiera tanto en la misma que casi se me sale el corazón del pecho, por no hablar del uso prolongado de algún que otro pañuelo para enjuagar mis tiernas lágrimas; y eso teniendo casi en todo momento a Brie Larson y al, grande en pantalla, Jacob Tremblay como maestros de ceremonias a los que da gusto acompañar durante el metraje.

¿Qué queréis saber más? ¡Pues ved la película, condenados! ( y luego leed la novela )

La Nota de La Noche:









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