miércoles, 7 de octubre de 2015

MAMÁ, si fuera la de Marcos una leche iba a buscarla...

Dir: Andrés Muschietti (2013)


                 Recuerdo todavía cuando vi en cines el corto en el que se basa esta película; mucho mal rollo y buen hacer.  Meses más tarde llegó esta película producida y apadrinada por Guillermo del Toro y donde, una vez más se puede ver su mano en cada una de sus capas, pero donde se puede vislumbrar aquello de las ideas innecesariamente alargadas.




              Mamá encuadra perfectamente en el universo que Guillermo ha ido creando a lo largo de estos años, esa atracción por lo tétrico, lo macabro, pero siempre queriendo darle un acercamiento distinto, esa amenaza de lo desconocido que no por ser amenazante implica que realmente quiera hacer daño.

                Aquí tenemos nuevamente una historia macabra de suspense que juega también a ser de terror. Ese es su principal problema, pues nunca debería haber caído en las argucias típicas de este tipo de cine, ya sea ciertos sustos baratos o esa subida de volumen que tanto funciona en cines y que tanto pierde en el formato doméstico. No hay nada como unas buenas imágenes oníricas de gran belleza para captar nuestra atención y de esas, Mamá tiene unas cuantas.

                Tras haberla visto recientemente he descubierto que lo que mejor funciona en la película es: un comienzo oscuro, descorazonador, con esas niñas desvalidas perdidas en el bosque, -imposible no sentir un puño en el estómago y que se te caiga el alma al suelo-, ciertas secuencias durante la película en las que se insinúa pero no se muestra,-al estilo Shyamalan-, que son las que mas inquietud van creando en el espectador y por último un desenlace resolutivo nuevamente de gran emotividad y belleza plástica dentro de los acontecimientos tétricos a los que estamos asistiendo; todo ello acompañado por una bellísima partitura de Fernando Velázquez,- que puede llegar a recordar a la de El Laberinto del Fauno-. Creo que es casi imposible no soltar alguna lagrímita cuando la pelí ha terminado.


                  Entre medías nos queda un sosillo Nikolaj Coster-Waltau, unas niñas estupendas y una Jessica Chastain que se va creciendo al igual que la importancia de su personaje a lo largo de la película hasta llegar al clímax de la misma, unas cuantas lineas paralelas de relleno que bien poco vienen a aportar y un CGI que por querer mostrar demasiado muestra también sus carencias; todo ello contribuye a bajar sustancialmente la nota de un film que, nuevamente es vendido como algo que no es. Una vez que se ha aceptado este hecho la película se puede disfrutar mucho más.

                 Personalmente me quedo con este tipo de historias, su concepto, su idea primigenia y, por supuesto, un final distinto a los que suelen ofrecer los films de terror de la actualidad, siempre tan negativos....¡tengamos un huequito para la esperanza señores!

La Nota de La Noche:








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