miércoles, 25 de mayo de 2016

DIOSES DE EGIPTO, no sin mi croma.

Dir: Alex Proyas (2016)


            Resulta que lo que creíamos puras creencias y religión fue realidad. En el antiguo Egipto los mortales vivían bajo el reinado de los dioses, unos titanes con la capacidad de mutar en animales con armadura en plan Caballeros del Zodiaco...


       
            La trama de Dioses de Egipto nos viene a contar como Set, hermano de Osiris y al que la soledad del desierto no le ha sentado nada bien -vamos, que tiene un resquemor el hombre que no te digo-, mata a este último cuando van a coronar nuevo rey de Egipto a su sobrino Horus.
Horus, derrotado y tullido recibirá ayuda de la persona más inesperada, un mortal, Aladd...digo Bek.



           Nos han tomado el pelo y esto es una broma. Un broma muy bien elaborada, pero una broma al fin y al cabo. La broma consiste en que nos han hecho creer que Alex Proyas, director de cine con un marcado componente "oscuro" (Dark City, Yo, Robot, Señales del Futuro) se ha encargado de dirigir esta "Dioses de Egipto". Aquí viene la revelación: no es Alex Proyas el director, sino Baz Luhrmann el encargado de perpetrar la filmación de este delirio. Solo afimando lo anterior puedes llegar a disfrutar, o intentar disfrutar, de esta película. Un locurón lleno de tonos pastel y chillones al que solo le faltan los números musicales marca de la casa Luhrmann para terminar de auto convencernos.


       Dioses de Egipto es una comedia de aventuras amigos. Tomárosla así para poder verla sin sentir vergüenza ajena. Es una comedia, una locura, una extravagancia por la que algún día quizás le demos gracias a Proyas ( sabemos que es Luhrmann, pero no consta en los créditos y no queremos demandas, ¿verdad?). Alguien tenía que ser lo suficientemente valiente para dar ese paso adelante y marcarse este ejercicio visual y narrativamente alucinógeno.


          Y es de respetar que Proyas no juegue al engaño y nos deje bien claro desde el primer minuto que vamos a ver una aventura camp, tan kitsch y superficial como no hemos visto en mucho tiempo mostrándonos al prota del film, un Aladdin ladronzuelo de medio pelo enamorado de una modelo que no duda en exhibir vestidos de pronunciado y generoso escote aunque sea una simple campesina. Tiempo luego para presentar a esa galeria de dioses agigantados que viven la vida en plan fiesta chill out rodeados por un despliegue de CGI tan escandaloso como visualmente dañino en sus deficiencias visuales. Sinceramente no creo que haya casi ni un solo plano grabado en exteriores. Aquí reina el Croma y el CGI en todo su esplendor y los actores ahora mismo me consta que no pueden ver el color verde ni en pintura.


Aquí el que se pica es porque ajos come. No nos han engañado en ningún momento. Ya avisaron con los trailers y con sus coloridos y chillones posters...


          Otro punto negativo es que la Banda Sonora del compositor Marco Beltrami, habitual del cine de Proyas y de Guillermo Del Toro, no haya conseguido crear una partitura con el extra de calidad que se le presupone a un señor que ha compuesto cosas muy buenas. Me da que Beltrami tenía claro que este producto no merecía invertir mucho esfuerzo...


         Pues ya está. Proyas nos muestra lo peor desde el primer momento y, por consiguiente, nos acostumbramos al estropicio, nos lo tomamos con filosofía y con buen humor para, con suerte, echarnos alguna que otra risotada en vez de salir echando pestes del cine, pues la cosa no puede ir a peor. La presentación de personajes es de telefilm, empezando por el protagonista de la peli, el tal Bek, interpretado por un falto de carísma Brenton Thwaites, Gerald Butler como Set se da el gusto interpretando al malvado malvadote Set, Nikolaj Coster-Waltau consigue caer simpático con su Horus y, reforzando la sensación de comedia de enredo tenemos a Chadwick Boseman como Throth.


           Ya de traca es ver a Rufus Sewell (amigote de Proyas desde Dark City) como el arquitecto Urshu, la caracterización de Bryan Brown como Osiris-pagale-una-perilla-que-ya-da-el-pego, y el pobre Geoffrey Rush como Ra-por-favor-que-nadie-me-reconozca-bajo-esta-ridícula-apariencia.
En serio os digo amigos que Rush debe de andar buscando a su agente como el que busca a una alimaña oculta en su casa...


          Gracias a los dioses, nunca mejor dicho, nos alegran la vista, Courtney Eaton como Zaya-no-sin-mi-escote y, la muy en boga gracias a la segunda temporada de Daredevil, Elodie Yung como la diosa del amor Hathor, que llega a ser, gracias a su gracia y carisma, lo mejor de la película.


           Aún así os digo: Dioses de Egipto dura dos horas y es de valorar en que durante todo ese tiempo no haya tiempo para aburrirnos en demasía. La película no pierde el tiempo en nimiedades y va al grano desde el primer momento, ofreciendo una buena ración de locas aventuras en las que el abuso de tanto efecto es el principal inconveniente recordando en más de una ocasión a lo peor de "El regreso de la Momia".


        Desde luego es una buena película para pasarlo bien con los más peques de la casa, ya que no creo que los más creciditos puedan encontrar alicientes suficientes como para valorar este futuro placer culpable de más de uno. Yo por mi parte seguiré enfadado porque Lurhmann Proyas no se atrevió a meter el número musical...

La Nota de La Noche:




















2 comentarios:

  1. Jajajajaja leyendo tu reseña me he reido mucho... Pero no me has convencido para verla en el cine... Que demasiado lague por INMORTALS

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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