Dir:Ericson Core (2015)
Pues eso.
Hace ya un porrón de años del estreno de la película original que aquí nos ocupa. Una peli que nunca vi en el cine. No porque no pudiera ir, sino porque no me atraía nada una película que parecía ir de unos surfers. Vamos, si quiero ver surfers solo tengo que ir a la playa y ahí los tengo. Todo el día cogiendo olas, como si no hubiera un mañana y queriendo apurar hasta la última.
Yo en cambio si que pensaba que habría un mañana así que Le llaman Bodhi pasó a la lista de pelis a recuperar en videoclub, que fue de hecho el caso. Una vez vista, pues vale, bien. Una buena peli de acción con bastante componente deportivo de por medio y muy bien dirigida, eso si, con un no se qué de dime tú quién. Ese quién, o mejor dicho, esa quién era Kathryn Bigelow, una directora que sabe hacer cosas interesantes cuando la dejan tras las cámaras. Pues nada, como iba diciendo, Le llaman Bodhi no tuvo nunca para mi ese aliciente "cool" que muchos otros le otorgan. La veo con cariño y nostalgia pero poco más.
Y así como quién no quiere la cosa nos plantamos en 2015, bueno, 2016, que es cuando yo la he visto, con esta POINT BREAK, curioso que ahora si respetemos el título original y olvidemos a Bodhi, -tampoco es raro pues muchos ya lo consideran sacrilegio- y si tenéis en cuenta todo lo que he comentado anteriormente pues como que soy el prototipo de espectador abierto a ver un remake de este "emblemático" titulo sin muchas cortapisas.
Al igual que la original la peli es larga. Dos horas por delante para dejarnos llevar, aunque no nos lleven muy lejos, y que nos quieran dejar alucinados con más de una escena de riesgo en vez de construir una trama medianamente sólida. Punto. Punto y seguido no, punto. No hay película en POINTBREAK. Cogen todo lo bueno que tenía la original y lo quitan para dejar una trama deus ex-machina donde los adivinos andan por doquier, los personajes parecen sacados de un Bond resacado y se pierde el espíritu de honor de la original donde Swayze por lo menos componía un antagonísta carismático y no como el amargado al que da vida Ramirez,-casi un loco visionario-. Poco también que decir del soso Luke Bracey -en eso han clavado a Reeves- como prota de esta función y de su breve y surrealista romance submarino con Teresa Palmer rodado a pleno día en el mar aunque la escena pretende mostrar la noche. Para terminar en todos y cada uno de los minutos que aparece Ray Winstone pierde por goleada contra el Pappas de Gary Busey.
Eso si, los que estéis deseando saber en qué mil y una proezas enchufar la Go Pro disfrutaréis un poco más de este "casi" documental deportivo. Yo por mi parte seguiré buscando mi vía en otras películas.
La Nota de La Noche.
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