lunes, 14 de diciembre de 2015

VICTORIA, el plano secuencia.

Dir: Sebastian Schipper (2015)


              A ver como os cuento esto...Victoria trata sobre una joven madrileña que, terminando su noche de juerga solitaria acaba uniendo sus últimas horas nocturnas con un grupo de cuatro amiguetes alemanes con los que pasará las restantes dos horas y que la llevará a vivir una serie de vivencias propias de una pesadilla de Polanski.



             Hasta aquí todo bien. Realmente la idea y la historia así como el tratamiento de los personajes está muy bien. En poco tiempo se nos da una clara idea de la psicología de cada personaje y de como, humanos como son, tienen sus luces y sus sombras. Pero es a la hora de enfrentarnos a la puesta en escena cuando encontramos un pero. Un pero que puede ser pequeño o grande dependiendo del espectador.  


            Dicho pero no es que la película dure dos horas y cuarto, no. El pero es que esas dos horas y cuarto están filmadas en un solo plano secuencia. He estado pendiente durante todo el metraje para encontrar esas trampas para unir diferentes planos y aparentar uno solo pero, o está mega bien hecho o, directamente, no hay trampa. Todo en una sola secuencia en la que recorremos garitos, calles, bares, hoteles, nos desplazamos en diferentes vehículos, o directamente a la carrera. Vamos, un verdadero tour de force cámara en mano (pero sin marear). Mi respeto y reconocimiento para los artífices de esta película. Se intuye que estamos en un entorno controlado, pues la circulación de otros vehículos o transeúntes por las calles es casi inexistente, pero aún así el trabajo que esto ha requerido es encomiable.


           De igual manera merecen un aplauso los integrantes del plantel de actores que aguantan esta función pasando por multitud de estados anímicos, y en especial para Laia Costa,de la cual la cámara no parece despegarse en ningún momento, todos los cuales reflejan la realidad de esa noche berlinesa, con conversaciones en inglés indio y el alemán nativo.
           Lamentablemente dicho artificio en tiempo real también causa múltiples tiempos muertos y es que, la película se me ha hecho larga y, posiblemente, hubiese ganado siendo un poco/bastante más corta, pero claro, en una sola toma lo que hay es lo que hay, y cortes de post producción son inviables.


           Me encuentro dividido porque sé que se trata de un estupendo trabajo cinematográfico pero la historia no me ha llegado a atrapar, así que en mi nota ha pesado más el qué que el cómo. Aún así os invito a echarle un vistazo y disfrutar con este experimento cinematográfico. Quizás a vosotros os guste más que a mi.

La nota de La Noche.










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