Dir:Alejandro Amenabar (2015)
En un pueblo de Minnesota durante los 80 la revelación de una adolescente (Emma Watson) a su parroco de que su padre ha estado abusando de ella desembocará en un caso policial sobre sectas y satanismo que parece estar profundamente infiltrado entre los habitantes de dicho pueblo y las propias fuerzas del orden. Un agente de la ley (Ethan Hawke) intentará desenmascarar dicho entramado con todas sus energías.
Este es el planteamiento para la nueva película de Amenabar. Película que no ha hecho más que recibir palos por doquier y, quizás, demasiado ensañamiento por parte de un amplio conjunto de espectadores/ detractores y crítica.
Personalmente la película no me ha terminado de gustar. Y ahora es cuando matizo lo de " no me ha terminado de gustar". De esta frase lo importante es el terminado, lo que quiere decir que algo si que me debe haber hecho gracia.
Realmente Amenabar juega bien sus cartas en esta historia de suspense policial con tintes sobrenaturales u ocultistas. Presentada la situación la desarrolla con buen hacer. Cierto es que acaba cansando todo el hecho este de la regresión por aquí y regresión por allá. Tanto recuerdo oculto acaba por agotar. Pero hasta ahí la peli se deja ver con cierto interés, con sus personajes mostrando u ocultando sus intenciones ( David Thewlis, Dale Dickey, Aaron Ashmore, David Dencik, Lothaire Bluteau...). Aún con situaciones románticas que no cuajan ni por asomo, Amenabar consigue que te vayas formando una película en tu cabeza y que intentes adelantarte a ese giro final que te va a dejar con el culete torcido.
Y he ahí el problema. Que después de construir una película medianamente sobria te suelta el tan ansiado giro de la trama y no consigues cerrar la boca por el estupor que produce la tomadura de pelo a la que has sido sometido durante las últimas dos horas. Mucho mejor la película de nuestra cabeza sin lugar a dudas antes que dicho desenlace. Desenlace que debemos respetar de alguna manera pues dice estar "inspirado" en hechos reales pero que, debido a lo mostrado en pantalla, nos sigue pareciendo una tomadura de pelo de las grandes, pues según rebobinamos vemos que nada se sostiene.
Por conclusión directa es el final lo que acaba machacando una película que no es mala, pero que muchos han preferido mancillar. Hay una Banda sonora de Roque Baños que me parece consistente sin llegar a brillar y que, ayuda en el engaño. Una oscura y gris fotografía de Daniel Aranyó que da ese toque claustrofóbico al film y finalmente un Amenabar que lleva con buena mano una película que, realmente, es más bien del montón.
Una vez terminada si es cierto que dan ganas de hacer una regresión de esas para olvidar los últimos 15 minutos.
La nota de La Noche:
Creo que el desenlace encaja bien y de tomadura de pelo nada. Deja pistas claras y evidentes, lo importante no es el desenlace exactamente. Para mi lo importante, es las conclusiones que se sacan sobre la paranoia y la histeria colectiva. Yo fui al cine a verla y la disfruté.
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