miércoles, 3 de febrero de 2016

DULCES CRIATURAS, el Nugget asesino

Dir: Jonathan Milott y Cary Murnion (2014)


            Todos hemos sospechado en algún momento de nuestra infancia y en algún momento en concreto que nuestros profesores no son gente corriente. Más bien bichos raros que el destino ha visto con gracia el poner en nuestro camino para dar color a nuestras vidas o ponernos esa primera prueba de fuego para ver si sobrevivimos al encuentro.



             Dulces Criaturas (Cooties - piojos) viene a ser la confirmación de que nuestra intuición no estaba tan equivocada y que dicho profesorado atesora mentes y comportamientos de toda índole y que, en esta ocasión además, se verán enfrentados al peor de sus temores: la rebeldía total y anarquica de un alumnado prepuber, para más inri, afectado por un virus zombificante que los convierte en pequeñas máquinas de matar.


              Las cosas como son, Dulces Criaturas tiene uno de los títulos de crédito más explicitamente desagradables y perturbadores habidos y por haber sobre como se puede transmitir una infección. A partir de ahí nos encontramos con una comedia de humor negro que funciona en varios momentos causando la carcajada mientras que en otros muchos se queda a medio gas.


              Lo importante aquí no es la invasión infantizombie sino ver la reacción del conjunto de unos profesores rarunos y como sus neuras y obsesiones no hacen sino salir a la luz constantemente. Es esto lo más simpático de una función que está encabezada por un Elijah Wood que sufre los constantes desplantes de un Rainn Wilson que salva la película en varios momentos, (divertidísimas sus puyas acerca de papeles anteriores de Wood o la elección de armas de defensa musicales con clara alusión a la canción Symphony of Destruction de Megadeth), todo con un ajustada ración de mala leche y las convenientes explicaciones pseudocientíficas de Leigh Whannell en su papel de profesor de ciencias y educación sexual.


            En definitiva una comedia de género vírico que no llega a dar todo lo que promete pero que tampoco nos hará ningún daño ver, más aun con su ajustada duración de hora y media. Invitados quedáis al festín.

La Nota de La Noche:









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