Dir: Simon Curtis (2015)
La Dama de Oro está basada en la vida de Maria Altmann, una mujer austriaca de origen judio, que se pone en contacto con el joven abogado Randy Schoenberg, también judio y de familia austriaca para intentar recuperar un cuadro que perteneció a su familia y que fue expoliado por los nazis durante la ocupación de Austria, lo que los llevará a demandar al gobierno Austriaco tanto en el tribunal supremo estadounidense como en la propia Austria. Todo ello debido a que el cuadro en sí es uno de los mayores exponentes del arte Austriaco: "el retrato de Adele Bloch-Baauer I", de Gustav Klim, también conocido como "La Dama de Oro".
Si leéis esta breve sipnosis de "La Dama de Oro" pensaréis inmediatamente, al igual que hice yo, que se trata de otra película de juicios, género que no me gusta casi nada pues me resulta tedioso y embarullado. Pero la sorpresa es que el juicio en sí, que tiene que aparecer si o si para que la película pueda llegar a su conclusión, solo ocupa un breve periodo de metraje y lo hace hacia el final de la película sin llegar a resultar monótono.
La Dama de Oro es básicamente un drama histórico. Nos lleva de la mano de Maria Altmann, nuevamente una soberbia Hellen Mirren,-como llena la pantalla esta mujer- que en tono nostálgico y melancólico recuerda a lo largo de una serie de Flashbacks como era su infancia y juventud en su Austria natal, antes y durante la ocupación Nazi y como, debido a su origen judío, se vio obligada a dejarlo todo atrás, ( hogar y familia ) para poder sobrevivir. Al mismo tiempo nos muestra a una mujer que , acosada por sus demonios internos, no ha podido perdonar no solo a los nazis y al pueblo austriaco sino a sí misma por lo que le ocurrió a su familia y conocidos, mientras lucha por recuperar un pedazo de su vida en la actualidad .
Acompañando a Hellen Mirren encontramos a un Ryan Reynolds componiendo un personaje muy apartado de sus registros habituales, tímido y apocado,-muy buena su actuación corporal- y que se ve involucrado personalmente en al compartir empaticamente el pasado de su representada. Como secundarios encontramos a Daniel Brühl, al que recurren cada vez que hay que representar a un alemán, Katie Holmes que gracias a dios solo sale 2 minutos, Charles Dance, Jonathan Price y una irreconocible Antje Traue, (Faora-Ul en El Hombre de Acero), como la propia Adele Bloch-Bauer del cuadro.
Una maravillosa película que merece la pena rescatar de su pobre vida comercial y que os servirá para disfrutar de un poco de buen cine, no olvidar como fueron las cosas allá por 1940 y reconocer como sigue habiendo muchísimo patrimonio no restituido por todo el mundo.
La Nota de La Noche:
¿Y vosotros que opináis?
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