MI CASA EN PARÍS, lo barato sale caro.

Dir: Israel Horovitz (2015

           Resulta que en Francia hay un tipo de contrato de compra venta de viviendas por las que se puede adquirir una propiedad por un precio irrisorio pero con la salvedad de que también se contrae el compromiso de pagar un alquiler mensual a su inquilino hasta que este fallece, momento en que la propiedad pasa a ser en exclusiva del comprador.

             Esto es lo que le sucede al personaje de Kevin Kline, el cual hereda de su padre una jugosa propiedad en pleno centro de París. Arruinado decide presentarse en su nueva propiedad con la intención de venderla inmediatamente, pero una vez allí se percatará de que es una herencia envenenada, pues no solo no puede vender sino que además ahora tiene una deuda con la "todavía" actual propietaria (Maggie Smith) y su hija (Kristin Scott Thomas).

            Drama romántico de tempo lento y algunos toques de humor, la película trata sobre los secretos de familia, almas heridas que no saben aplaudir y la melancolía por un pasado que guarda mil y un secretos. Los tres actores de la función son el eje por el que discurre esta película y que realizan un correctísimo trabajo. El personaje de Kline va mutando su carácter al igual que el film de un humor irónicamente picaro al drama por lo que el film se va resintiendo en su segunda mitad, dejando un final un tanto confuso de por medio.

Excepto por la factura, película de sobremesa.

La nota de La Noche: