miércoles, 4 de octubre de 2017

KINGSMAN: EL CÍRCULO DE ORO, gamberros con elegancia.

Dir: Matthew Vaughn (2017)


       El mundo vuelve a estar en peligro y, quizás y solo quizás, los Kingsman puedan salvarlo pero no antes de verse obligados a pedir ayuda externa.


          Así es como se hace una secuela. Esa ha resultado ser mi conclusión final una vez terminada la película. Matthew Vaughn todavía no sabe como decepcionarme y nuevamente consigue hacerme pasar un rato,( más bien rataco largo ), pues hablamos de más de dos horas, en la que la gamberrada asoma por cada esquina de la pantalla.


         No es cosa fácil esto de parir secuelas y no voy a ser de los que diga que esta es superior a la entrega original pero si que puedo decir que se trata de un portento de continuación que consigue sus objetivos a base de buen esfuerzo y no regodearse demasiado en lo conseguido con la primera pero si  poniendo énfasis en los aciertos de esta.


         El Circulo de Oro comienza a todo tren, no creo que pase ni un minuto antes de estar metidos en harina de la buena, de la bien tamizada y que no deja grumos, ya sabéis. Un escenote de acción bien elaborado y divertido y con esa cámara de toque hipervitaminizado que Vaughn tanto gusta de usar y nosotros de disfrutar y que hará su aparición en diversos momentos de la misma. Desde luego no nos hace esperar para ver un set piece bien coreografiado que solo presagia cosas buenas.


           Entonces todo para y se acomoda. Vemos señales de alarma por todos lados. La alerta roja empieza a asomar en el fondo de nuestro cerebro. Personajes de la primera Kingsman empiezan a pulular por pantalla y parece que nos vamos a acomodar muy pronto en lo ya conocido, quizás su escena inicial fuese una distracción para contentarnos y esta no tenga nada que ofrecer... ¡Pues no!


          Matthew Vaughn llega entonces y lo revienta todo. Destruye, como si nosotros mismos fueramos candidatos a Kingsman, nuestro mundo de comodidad y tira por tierra todo lo que creíamos conocer para llevarnos de la mano a un nuevo parque de atracciones con el que sorprendernos y divertirnos.


            En esto de la diversión no se le puede negar el mérito a Vaughn así como el ritmo que imprime a la película cuyas dos horas se pasan muy a gusto. Vale que el McGuffin de la película es una tontería. Pero una tontería tan estupidamente inflada que a base de ser casi autoparodia no hace que nos planteemos dejar la sala, aunque también es verdad que tras esta trama caen esgrimidos argumentos de uno y otro lado más serios y con más verdades de lo que parecen dar a entender dentro de un producto de entretenimiento puro y que invitan a una seria reflexión. 


           En este punto es donde hace aparición una Julianne Moore en el papel de villana que no llega a producir el mismo efecto cómico que Samuel L.Jackson y, además, está muy pero que muy pasada e histriónica aunque llega un punto en el que su trama es lo de menos. En el apartado de las nuevas incorporaciones, Jeff Bridges ( haciendo de su papel de vaquero catedra ) y Halle Berry cumplen y dan estilo mientras otros quedan casi en simples cameos como es el caso de Channing Tatum mientras que Pedro Pascal viene a ser el más beneficiado en el metraje a la vez que protagoniza uno de los momentos más bestias y gamberros de la película junto al sufrido por Poppy Delevigne, que está maravillosa en pantalla, y que es participe de uno de los momentos más impresionantes en esto del mundo de los espías y sus trucos.  Mención a parte para un Elton John que venía, (o eso creía yo), para cameo y que acaba teniendo un papel en la trama más importante de lo que aparentaba en un primer momento.


           No podemos olvidar a la vieja guardia compuesta por Mark Strong, Colin Firth y Taron Egerton aunque, tal y como he dicho, es por su parte donde tenemos menos sorpresas exceptuando un magnifico momento protagonizado por Mark Strong.


         En definitiva, Kingsman: El Circulo de Oro lo remueve todo a su paso para volver a intentar poner las piezas de nuevo en el tablero dando una continuidad coherente a la original aunque repite cierto esquema básico, lo que es parte de su gracia y consigue no aburrir en ningún momento. Si por algún motivo deja una sensación menor que el original es justamente por no ser eso mismo y por carecer de un climax final con tanta garra y originalidad como el anterior. Exceptuando estas dos cosas, y que se echa en falta a Sofia Boutella, El Circulo de Oro es puro divertimento. 

La Nota de La Noche:













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