Dir: Leigh Whannell (2015)
Poco es lo que tengo que decir sobre esta última entrega de la saga Insidious. Básicamente estamos ante una mera excusa para atraer gente al cine bajo el pretexto de darle el nombre de la saga a un producto que difiere un tanto de la anterior y que lo mismo servia para un roto que para un descosido.
La película es simplemente aburrida y carente del suficiente atractivo. Hasta el minuto 18 solo nos encontramos con paja cinematográfica y poco más. Luego tendremos un par de sustos más o menos conseguidos y acompañados de música estridente para finalmente asistir a un film más del montón sobre posesiones perpetradas por una suerte de engendro asmático tatarabuelo de Darth Vader.
El guión es aburrido, previsible e incoherente. Los personajes apáticos a más no poder, mención especial para el personaje del padre ( Dermot Mulroney) , más preocupado por las grietas del techo que por la propia hija ( ¡sácala de ahí por tus muelas!) y el personaje de Elise ( Lin Shaye), que entre que sí y entre que no se nos va media película. Incluso aparecen nuestros segundos cazafantasmas preferidos en escena, pero ni aún así. Se nota mucho la ausencia de Wan tras la cámara y el poco punch que esta película rezuma por cada uno de los poros de su guión.
Un mero pasatiempo sacacuartos que aprueba por los pelos de la nariz.
La Nota de La Noche:
Esta no la he visto, pero las otras dos me gustaron bastante... Me defrauda saber que ha bajado tanto en calidad. ¡Buena crítica!
ResponderEliminarMuchas gracias amiga Isabel.
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